jueves, 20 de marzo de 2008

Hombre de fe

André Glucksmann fue uno de los agitadores de un mayo francés de hace 40 años, pero ahora se ocupa de otros menesteres sarkozianos o afirma que en España tendrían que haberse aplazado las elecciones tras el 11-M. La izquierda vira a la derecha, pero no la derecha a la izquierda. Buscando por los "anaqueles" de internet información sobre ese mayo libertario apenas conocido por la juventud de ahora me encuentro con que la pérfida CGT de ese 1968 con George Séguy a la cabeza se arredró de apoyar a los estudiantes calificándolos de jóvenes burgueses que se solazaban lanzando adoquines sabiendo que tendrían tras de sí la seguridad de los francos familiares. La aseveración menoscaba sobremanera el movimiento, pero es indudable que los universitarios de por entonces procedían en su mayoría de la burguesía acomodada: ese es el caso de André Glucksmann. En mi opinión un cambio de chaqueta tan antagónico llena de razón los asertos de la gente de Séguy.

Sin embargo , ¿qué hubiera pasado si hubieran triunfado las barricadas contra los tanques? Es inútil intentar sacar algo en limpio, pero seguro que André Glucksmann se guardaría de renegar de los acontecimientos de mayo; los aires libertarios que ellos insuflaron al movimiento se convertirían en un viento impetuoso imposible de contrarrestar años más tarde.

En cuanto a Sarkozy, parece lógico que ansíe romper abruptamente con el legado indeleble de una generación que con imaginación hizo ver al mundo que los cambios tienen cabida en cualquier lugar si la gente se une para ello. Lástima que los que se vanagloriaban de defender al obrero prefirieran hablar con los gaullistas que con los trabajadores y los estudiantes. Si así fuera otro gallo te cantaría André.

1 comentario:

José Porto dijo...

Los que ocupan el "poder", de la noche a la mañana, se convierten en "poderosos".

Perdona que me haya metido en tu blog. Un saludo.